Jacobo, Iacobus, Iago, James, Santiago el Mayor, Santiago de Zebedeo o simplemente el Apóstol son algunos de los nombres por los que se conoce a la que fue una de las personas más próximas a Jesucristo.
¿Quién fue el Apóstol Santiago?
De familia humilde, Santiago el Mayor (conocido así para distinguirlo de entre los doce discípulos de Santiago el Menor) era uno de los hijos de Zebedeo, un pescador judío que faenaba las aguas de Galilea, como también lo era otro personaje bíblico muy importante: Juan Evangelista.
Ambos hermanos se encontraban pescando, junto con otros dos, Andrés y Pedro, cuando Jesús los llamó a todos ellos a formar parte de su grupo de doce apóstoles. Estos cuatro se convirtieron así en los primeros y acabarían siendo con el paso de los años su círculo más cercano. De ahí la denominación de los apóstoles como «pescadores de hombres».
La confianza que Jesús depositó en Santiago el Mayor lo hizo partícipe y testigo de varios acontecimientos clave en la historia del cristianismo, tales como la transfiguración de Jesús en el monte Tabor, durante la oración en el huerto de Getsemaní, o en las apariciones que tuvieron lugar tras su resurrección. Al igual que a su hermano Juan, Jesús apodó a Santiago como Boanerges, que significa «hijo del trueno», por el carácter fuerte e impetuoso de ambos.
¿Cómo murió el Apóstol Santiago?
Santiago el Mayor, al igual que alguno de los otros discípulos de Jesús, decidió emprender su labor evangelizadora por el mundo. Concretamente, se dirigió a la península ibérica, al noroeste. Así empezó predicando su fe en el reino de Gallaecia, la actual Galicia. Cuando se encontraba en Zaragoza, según cuenta la tradición cristiana, se le apareció la Virgen María. Como testigo de esta aparición, la Virgen dejó una columna de jaspe, conocida por todos como «el Pilar». De aquí deriva el nombre de la Virgen del Pilar, patrona de Aragón.
Según esta misma tradición, la aparición de la Virgen se debía a que esta, viendo cercana su muerte, avisa a los Apóstoles para que estén cerca de ella en sus últimos días. Santiago regresa entonces a Jerusalén, donde es ejecutado por orden del emperador Herodes Agripa en el año 44 d.C. tras una serie de persecuciones a los cristianos. Puesto que su muerte fue por decapitación, de aquí que la cruz de Santiago se asemeje tanto a una espada.
Tras la muerte del Apóstol, y ante la negativa del emperador de poder sepultar a Santiago, sus discípulos deciden huir con su cuerpo de nuevo a tierras gallegas, concretamente a Iria Flavia, donde lo depositan y construyen una sepultura en el bosque de Liberum Donum. Es aquí donde nace la leyenda y el legado jacobeo.
Descubrimiento del sepulcro de Santiago el Mayor
Después de estos hechos, tendrán que pasar casi 800 años hasta que un ermitaño de la zona llamado Pelayo avista unas estrellas en movimiento en el cielo. Medio hipnotizado por su resplandor, decide seguirlas y al rato, tras internarse en el bosque, se topa con una tumba de mármol y un pequeño altar.
Impresionado por el descubrimiento, informa de este hecho a las autoridades, entre ellas al obispo Teodomiro y llegando incluso la noticia a oídos del mismísimo rey Alfonso II, apodado «el Casto», quien se desplazó al lugar desde su corte en Oviedo y corroboró que se trataba de los restos del Apóstol. Se convierte así este rey asturiano en el primer peregrino, al cual seguirían cientos y miles en años posteriores y hasta el día de hoy. Desde ese momento nombra a Santiago patrono de España y manda construir un gran templo en su honor en esa misma zona. De ahí nace el término Compostela, campus stellae: campo de la estrella o camino de las estrellas.
Tal fue la importancia adquirida de este evento, que se formó una famosa orden militar en su honor, la Orden de Santiago. Su labor principal era la de proteger a los peregrinos que deseaban viajar a Compostela de posibles asaltos en el camino, entre otros peligros. Además, también debían intentar frenar el avance de los musulmanes en otros territorios.
Inicios de las peregrinaciones
Como decíamos, desde ese momento en que Alfonso II se aventura a realizar su peregrinación hasta Santiago de Compostela, miles de fieles a lo largo del mundo deciden seguir antiguas calzadas romanas para caminar y honrar así al Apóstol en su lugar de reposo eterno.
A pesar de la controversia actual sobre la autenticidad de los restos salvaguardados en la Catedral, se sabe que tuvieron que ser trasladados en varias ocasiones. Una de ellas fue ante la amenaza de los piratas del siglo XVI, a las órdenes de Francis Drake, que intentaron desembarcar en la ciudad de A Coruña.
Ante la posibilidad de que estos destruyeran y profanaran la tumba del Apóstol, decidieron construir un pequeño cubículo en la parte posterior del altar mayor donde esconder sus restos. Así fue como estuvieron desaparecidos durante varios años, concretamente hasta su redescubrimiento en 1884.
Fue entonces cuando estos restos se colocaron en una urna de plata en cuyo interior hay un cofre de madera forrado de terciopelo rojo, y en el que se construyeron tres compartimentos diferenciados para el Apóstol Santiago, así como para Atanasio y Teodoro, sus dos discípulos.
gracias por visitarnos
Descarga ¡gratis! la Guía Pilgrim
Conoce los diferentes caminos, los puntos inicio y número de etapas, señalización, tipos de alojamiento, cómo preparar tu mochila y un montón de datos curiosos
¡Revisa tu correo!
Te hemos enviado un enlace para descargar la guía. No olvides revisar la carpeta de correo no deseado si no lo tienes en la bandeja principal.