Cammino Fisterra-Muxía: tappa 3

Antes de nada cabe destacar que se trata de una etapa de casi treinta y cinco kilómetros por lo que, para los que deseen dividirla en dos, existe la opción de pernoctar en Corcubión, un poco más allá de Cee. Nos despedimos de Olveiroa por la misma calle del albergue, tomando un camino asfaltado que nace a mano derecha. En unos metros nos toparemos con un mojón y torcemos allí mismo a la izquierda en dirección a un pequeño arroyo. Tras cruzarlo salimos en una pista que nos comunica con el embalse de Castrelo. A continuación ascendemos por una serie de caminos y pistas por el monte do Sino, siguiendo la señalización de un mojón. Con la compañía de los molinos de viento seguiremos al menos otro par de kilómetros por esa misma pista de tierra, la cual comenzará a descender antes de llegar al río de Hospital y cruzarlo por un puente de piedra hasta el lugar de Logoso. Tras unos cuatro kilómetros de caminata es probable que queramos parar a comer algo y abastecernos para el resto de jornada, ya que hasta Cee no encontraremos más establecimientos. Tras esta parada técnica nos dirigimos a la carretera y al llegar a una rotonda nos encontramos con un mojón que nos muestra las dos vertientes de este Camino: la de Muxía y la que se dirige a Fisterra. Nosotros continuamos en primer término hasta Fisterra siguiendo por la izquierda y a los pocos metros dejamos el arcén de la carretera para internarnos en un sendero a mano derecha tras una curva. Muy próximo al trazado jacobeo pero sin llegar a toparse con él se encuentra el petroglifo de Pedra Ancha, concretamente en la parroquia de Buxantes. Esta representación de arte rupestre muestra imágenes de una batalla, pudiendo desviarnos para verlo desde la fábrica de Ferroatlántica tan sólo unos trescientos metros. Volviendo a las flechas que nos dirigen a Fisterra y tras alrededor de un par de kilómetros pasaremos por delante del cruceiro de Marco do Couto, el cual sirve como punto intermedio entre Buxantes y Dumbría. Muchos romeros dejan piedras y ofrendas como recuerdo a su paso. Tenemos por delante otros dos kilómetros hasta el Santuario das Neves, con la presencia cada vez más cercana del mar y del Monte Pindo. Esta ermita del siglo XV y con muros de cantería acoge la primera semana de septiembre una multitudinaria romería, muy famosa en la zona. Si cruzamos al otro lado podremos descansar en un área de descanso habilitada con mesas donde dejar las mochilas pero con escasa o ausente sombra. A pesar de ello podremos refrescarnos en la Fuente Santa a la cual le atribuyen propiedades beneficiosas sobre todo para las mujeres lactantes. Tras esta parada continuamos descendiendo por los montes de Pedras Loiras y a continuación el de Cheda, alternando pistas de tierra y caminos incómodos sobre todo para los bicigrinos por la existencia de piedras sueltas y charcas sobre todo en épocas lluviosas. El siguiente templo que sale a nuestro encuentro es el de San Pedro Mártir, en cuyas inmediaciones también esconde una fuente con poderes sanadores. Toda esta zona esconde multitud de asentamientos megalíticos y mámoas estando la mayoría ocultos entre la maleza. Siguiendo el trazado jacobeo y alrededor de dos kilómetros y medio más tarde una señalización nos advierte de la cercana presencia del cruceiro da Armada, recomendando totalmente este rodeo de apenas doscientos metros para poder apreciar en todo su esplendor la bella Costa da Morte y el Cabo de Fisterra, considerado por los romanos como el punto más occidental del mundo conocido. Reemprendemos el camino tras esta parada obligatoria afrontando un fuerte repecho negativo cuyo firme inestable tampoco mejorará la situación. Al llegar a un pequeño altar en honor a la Virgen vamos en busca del asfalto y giramos primero a la izquierda y luego a la derecha hacia Os Camiños Chans. El albergue se encuentra desviándonos a la izquierda pero si queremos continuar debemos seguir a mano derecha, adentrándonos en la villa marinera de Cee, donde encontraremos todo tipo de servicios. Si deseamos seguir hasta Corcubión tan sólo tendremos que dirigirnos a la calle Magdalena y salir al paseo marítimo. Desde allí seguiremos todo recto hasta la aledaña Corcubión. Si decidimos continuar lo hacemos desde la plaza de Castelao enlazando con la calle de San Marcos, en donde se encuentra la iglesia gótica con advocación a dicho santo. Nos separan tan solo unos doce kilómetros de Fisterra por lo que tenemos tiempo para detenernos a saborear la belleza de todas las maravillas de a Costa da Morte. Por las calles Mercedes, Campo do Rollo salimos de esta localidad por una vía ascendente que nos permitirá apreciar desde lo alto una estupenda visión de las rías de Cee y Corcubión. Tras pasar por el lugar de Vilar cruzamos la carretera con mucha precaución y pasamos por delante del albergue de San Roque, desde donde partirán los peregrinos que hayan pernoctado aquí en la noche anterior. Dejamos el asfalto un poco más adelante a la derecha por una pista de tierra, descendiendo al fin con la compañía de multitud de pinos. Al llegar al punto más bajo volvemos a la carretera anterior y la seguimos por su margen izquierdo hasta una curva, donde la cruzaremos y nos internaremos por una pista salvando así un tramo bastante peligroso de carretera. Desgraciadamente la retomaremos un poco más adelante, en el lugar de Estorde, descendiendo ahora si hasta Fisterra. Antes aún pasaremos por Sardiñeiro, desde donde nos desviamos a la derecha y a continuación a la izquierda, tal y como muestra una flecha amarilla pintada en un muerete de una casa. Continuaremos zigzagueando e intercalando la nacional con algunos atajos sobre tierra, saliendo por las calles de Nova y Fisterra de Sardiñeiro. Un fuerte repecho descendente nos acercará a la idílica playa de Talón, muy frecuentada por las gentes del lugar. Los que así lo deseen pueden bajar al arenal, si el tiempo nos lo permite, y seguirla o continuar por el trazado jacobeo, en paralelo a ella y alejándonos poco a poco por un área de descanso. Un puente nos permitirá seguir por el paseo marítimo hasta el barrio de San Roque y a la cruz de Baixar, cruceiro de granito desde donde obtener una bella panorámica de las playas y de Fisterra. Siguiendo de frente enlazaremos con la avenida de A Coruña, que nos llevará hasta el centro urbano, por las calles de Santa Catalina y la Real, donde se encuentra el albergue municipal. No debemos abandonar ahora, aún nos queda lo mejor de esta etapa: la subida al faro de Fisterra de unos tres kilómetros. Enlazamos desde la calle Real con las plazas de la Constitución y de Ara Solis hasta la carretera que conduce al famoso faro. No podemos irnos sin visitar las iglesias de Nuestra Señora del Buen Suceso y la de Santa María das Areas, un poco más adelante. Desde aquí tan sólo tendremos que continuar por el arcén de la carretera hasta la gran linterna que alumbra a los marineros que navegan por los confines del fin del mundo desde el siglo XIX.

No olvides tener en cuenta: Como hemos resaltado en el itinerario, el descenso desde o Cruceiro da Armada puede resultar algo incómodo sobre todo para los bicigrinos por el firme inestable y el duro desnivel. Recordar que desde Logoso hasta Cee no encontraremos prácticamente servicios donde abastecernos. Ver todos los puntos de interés