Camino Portugués en bicicleta desde Oporto

Si no has estado nunca en Porto, te recomendamos aprovechar el día para conocer la ciudad: su casco histórico, sus puentes, la catedral… puedes hasta visitar bodegas.

Además, la oferta gastronómica de la ciudad te permitirá probar especialidades del país como el bacalhau, los pasteles de nata o el vino de Porto. Si lo deseas, podemos gestionar tu traslado desde el aeropuerto o estación de tren hasta el alojamiento.

La primera etapa de tu aventura transcurre tranquila y sin apenas desniveles. Una vez abandones la gran urbe, pasarás por pequeños pueblos como Vilarinho, donde podrás visitar el Monasterio de São Miguel.

En Barcelos, no debes perderte la Iglesia de Nossa Senhora do Terço, que destaca por su estilo barroco y paredes decoradas con escenas en azulejo azul y blanco.

Esta quizás sea la etapa más exigente de tu camino, tanto por distancia como por la altitud que alcanzarás, sobrepasando los 400 metros. Alternarás pistas de tierra y asfalto entre bosques, pasarás por viñedos y por poblaciones con tanta historia como Ponte de Lima, considerada la primera villa de Portugal.

Tu jornada finalizará en Valença do Minho, a orillas del río Miño. No te pierdas su fortaleza, que data del siglo XII y en la que encontrarás pequeños comercios de productos locales.

Iniciarás esta etapa cruzando la frontera natural entre Portugal y España: el río Miño. Ya en territorio gallego, pasarás por Tui, frecuente localidad de inicio de peregrinos a pie y en la que no debes perderte su catedral, ubicada en lo alto de un promontorio.

Cruzando ríos, bosques y alguna zona urbana llegarás hasta Redondela, bañada por la Ría de Vigo, donde te recomendamos pasear para disfrutar de preciosas vistas a pie de mar.

Durante la etapa de hoy, dejarás atrás la costa para comenzar a adentrarte en el interior de Galicia en dirección a Compostela, pero antes, aprovechando que esta es una joranda sin dificultades, haz una pausa en Pontevedra para conocer su casco antiguo peatonalizado, el cual bulle con un ambiente cada vez más peregrino, gracias al aumento de adeptos a las distintas rutas del Camino Portugués.

Ya en dirección a la meta, podrás desviarte ligeramente hacia las cascadas del río Barosa, donde puedes darte un chapuzón si el tiempo lo permite, o simplemente disfrutar de una pausa en plena naturaleza.

La última etapa de esta aventura te llevará a cruzar la pequeña localidad de Padrón, famosa por sus pimientos, de pequeño tamaño y con su lema propio: “Pementos de Padrón, uns pican e outros non” (“Pimientos de Padrón, unos pican y otros no”). Desde aquí, comenzarás a intuir Compostela. Ya en su zona monumental avanzarás con el nerviosismo de alcanzar la Praza do Obradoiro y la satisfacción de haber cumplido el objetivo.

Día libre para visitar todos aquellos monumentos que, además de La Catedral, componen a la grandiosa capital gallega.