En esta etapa los campos de cereal se verán lentamente sustituidos por coloridos olivos y viñedos, presagiando la entrada a la comunidad riojana. A través de una antigua calzada romana, ríos y puentes que esconden siniestras leyendas y pueblos medievales, Estella nos recibirá entre campos de amapolas y trigales.
Partimos en dirección Ourense, bifurcándose justo detrás de la iglesia el camino para los que continúen por la Vía de la Plata. Nosotros seguiremos por esta carretera hasta el arroyo de la Laguna. En el siguiente cruce, aproximadamente a un kilómetro y medio, debemos girar a la derecha cogiendo otra pista ascendente siguiéndola siempre de frente durante al menos otros tres kilómetros más. Una indicación más adelante nos alentará a desviarnos por la derecha y al rato a la izquierda, descendiendo hacia el asfalto de la ZA-123. Nos reencontraremos con el río Esla, cruzando sobre sus aguas por el puente Quintos e inmediatamente después nos desviamos por la izquierda. Los que así lo deseen pueden continuar de frente por la carretera. Siguiendo un sendero nos aproximaremos de nuevo al curso del río del cual nos tendremos que despedir al poco para volver en busca de la carretera tras superar una fuerte pendiente. Mientras recuperamos el aliento podemos deleitarnos con una impresionante vista del Esla, allá en el fondo del valle. Será el último punto donde podremos descansar a la sombra de las encinas ya que a partir de aquí dejamos a un lado la exuberante vegetación para adentrarnos en las infinitas pistas forestales. Descendemos pues tras haber girado previamente a la izquierda y más adelante a la derecha con la mirada puesta en una larga carretera. Rápidamente nos volvemos a internar en la anterior pista y giraremos otra vez a la izquierda en la siguiente bifurcación. Nos aproximamos a la población de Faramontanos de Tábara, la cual cuenta con algunos establecimientos, antes de alcanzar el punto y final de esta etapa en Tábara aún a unos siete kilómetros de distancia. Avanzamos por el pueblo para cruzar la carretera ZA-123 para adentrarnos en otra pista durante un par de kilómetros, tras los cuales nos desviamos a mano izquierda en dirección al arroyo del Molino. Antes de reencontrarnos con la anterior carretera giramos a la derecha para dejar la pista unos metros más adelante por otro camino. Cruzaremos por otro riachuelo y al rato alcanzaremos finalmente la iglesia de Santa María, situada junto a la nacional y declarada Bien de Interés Cultural. Tan sólo tendremos que cruzar la carretera para entrar en el núcleo urbano.
No olvides pararte a ver:
No olvides nunca que:
Debes beber suficiente agua u otros líquidos para mantenerte hidratado y no sufrir golpes de calor en verano. Por esta zona es muy habitual que en verano se alcancen altas temperaturas y eso unido a la ausencia de vegetación podrán ponernos en algún aprieto si no llevamos cargadas las cantimploras.
No te olvides de probar:
- Carnes de caza
- Ciervo con patatas
- Corzo con boletus
- Legumbres y hortalizas
- Pan de Trigo Tremés o Candeal
- Rosquillas de Palo
- Orejuelas
- “Marinas”
No olvides tener en cuenta:
Los bicigrinos podrán salvar el escollo de un sendero bastante abrupto justo antes de Puente Quintos siguiendo por carretera hasta Faramontanos de Tábara.
Para los que deseen visitar el Monasterio de Santa María de Moreruela deberán desviarse aproximadamente unos dos kilómetros y medio del trazado jacobea. Para ello, al llegar al monolito a las afueras de Granja de Moreruela seguimos de frente y al finalizar ese camino girar a la izquierda y posteriormente a la derecha por una carretera local.
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