Camino Francés: Etapa 27

Desde O Cebreiro aún tendremos que ascender un poco más para alcanzar el punto más alto del Camino en Galicia. No supone mucho desnivel pero teniendo en cuenta que ya nos encontramos a más de 1.200 metros de altura es probable que si viajamos en invierno o incluso a veces en otoño, nos encontremos con nieve. En estos casos, muchos peregrinos optan por continuar desde el pueblo por la carretera LU-633 hasta Liñares. Sin embargo, las vistas desde lo alto del monte son impresionantes; desde allí podremos observar la sierra de os Ancares a la derecha y O Courel a la izquierda, situándose en ella uno de los bosques más antiguos de toda Europa: la Devesa de Nogueira.

Abandonamos la pista forestal para toparnos con la carretera comarcal que lleva a Liñares, recibiéndonos su iglesia prerrománica de Santo Estevo de Liñares. Aquí cruzamos la vía para tomar un sendero que asciende hasta Os Ancares a mano izquierda, rodeados de la exuberante vegetación atlántica. Nuestra siguiente parada será San Roque, donde se sitúa una interesante escultura de bronce que muestra la figura de un peregrino luchando contra el viento, muy típico de esta zona dada la altitud a la que nos encontramos. Continuamos paralelos a la LU-633 para descender hasta Hospital de la Condesa, nombre acuñado en honor a una condesa que supuestamente fundó el hospital de peregrinos situado junto al santuario de Santa María la Real en el siglo IX. Un poco más adelante, abandonaremos al fin el asfalto para tomar un desvío hacia Padornelo, lugar elegido por la Orden de San Juan de Jerusalén para instalarse y atender a los fieles que peregrinaban a Santiago. Aún nos queda otra dura subida, corta pero intensa, para coronar el Alto do Poio. De nuevo, nos veremos recompensados por el impresionante paisaje a nuestros pies, situándonos en el punto más alto del Camino Francés en Galicia y pudiendo reponer fuerzas en un bar colocado estratégicamente para ello un poco más adelante.

Nuestro siguiente destino será Fonfría, al cual accederemos por un sendero paralelo a la LU-633, donde podremos rellenar nuestras cantimploras en su magnífica fuente. Notamos ya como empezamos a descender, dejando a nuestras espaldas la montaña, pero sin perder de vista el espléndido paisaje. Dos kilómetros y medio más adelante llegaremos a O Bidueiro, perteneciente al concello de Triacastela y tal y como indica su nombre, repleto de bidueiros (abedules en castellano). Ahora si que definitivamente comenzamos a perder altura, desviándonos en multitud de ocasiones para evitar en la medida de lo posible la carretera. Tras recorrer unos cuantos kilómetros y dar una curva bastante amplia el monte Oribio aparece ante nosotros al fondo del valle con todo su esplendor.

Antes de llegar a Triacastela aún tendremos que pasar por Fillobal y cruzar junto a un pequeño merendero más adelante la LU-633 dirección a Pasantes y Ramil, donde un castaño centenario nos recuerda que nos encontramos en tierras ancestrales. También en este concello se sitúa la cueva de Eirós, donde se encontraron restos de Homo neanderthalensis.

No olvides tener en cuenta:

Tras la dura etapa anterior, en nuestro camino a Triacastela sólo tendremos que salvar los veinte kilómetros que la separan de O Cebreiro. A pesar de contar con alguna que otra pendiente, tan sólo es destacable la subida al Alto do Poio. Sin embargo, para las personas con algún tipo de discapacidad sí puede suponer un problema. Además el tramo que transcurre por la carretera es bastante peligroso, dada la existencia de numerosas curvas cerradas y la ausencia de pasos de peatones.

En cuanto a los ciclistas, tan sólo aconsejarles seguir la LU-633 desde O Cebreiro en caso de encontrar nieve y prestar atención a los repechos descendentes, ya que en la mayoría el firme es pedregoso.